Aigh! Pues por fin, después de quince días, hemos acabado la mudanza. Ya está todo en el nuevo piso (aunque no todo desembalado) y el viejo está vacío y limpio (aunque aún no nos han devuelto la fianza...).
El piso nuevo la verdad es que es muy cómodo (no hay escaleras y las estancias son más ámplias), aunque tendremos que acostumbrarnos a la nueva cocina partida y a los nuevos ruidos (yo, como llevo tiempo utilizando tapones, no noto nada). La zona además está muy bien, mucho más tranquila que el centro, con el Retiro al lado, y todos los servicios del mundo.
En fins, un piso normal en un barrio residencial normal, que no es poco...
¡Ala, ya podéis venir!
P.S. La habitación de invitados aún no es tal porque aún no hemos comprado otra cama, y el sofa-cama inmenso lo hemos puesto en el salón. Pero vamos, el salón tiene puerta y el baño de invitados es plenamente funcional...